Todavía recuerdo perfectamente a mi abuela Celia con sus ojazos y sus yogures en tarro de cristal. Fue parte indispensable de mi infancia y me acuerdo de ella todos los días. Al igual que mi amama Elvira. Mi hermana y yo recordamos perfectamente las literas rojas del pueblo y los juegos que inventábamos en ella. Mi abuelo Jose siempre se echaba la siesta en el mismo sillón, y jugábamos a atravesar el salón sin despertarlo, siempre nos pillaba. Y a mi aitite Ángel tenemos la suerte de seguir disfrutándole aunque ahora ya no pueda llevarnos a coger moras junto al río.
a través de Abuelos — el bolsillo de Mamá