Por la Dra. Bertha Covarrubias.
Que duro encontrarnos a los cuidadores cansados de cuidar a sus padres, o a los adultos mayores, que triste es darnos cuenta de lo que es la expectativa y la realidad.

Haciendo una dinámica en un proyecto de “Escuela para hijos”, donde se les da información en la primera parte que es biología de envejecimiento, Se les informa de los cambios que el adulto está teniendo acorde a su edad, las limitaciones que el adulto va sufriendo acorde a sus cambios físicos, donde se explican que muchos de esos cambios no son advertidos porque son evolutivos y no son percibidos por el familiar los cuales van minando la calidad de vida del adulto.
El adulto cambia paulatinamente su visión, gusto, tacto, audición, además de las enfermedades adquiridas y crónicas y es de tal manera que el mismo adulto se va acostumbrando a ello, en ocasiones, puede comentarla, pero en otras prefiere no dar más preocupaciones a la familia, porque gracia hacen con tenerlo con ellos, con tantas preocupaciones que tienen los hijos.
Que sucede con el cuidador, si no sabemos cómo le puede afectar el cuidar a un adulto:
Primero es el cansancio del cuidador. El cuidador sea familiar o sea una persona que recibe remuneración por ello, al hacer una rutina de su día va restando importancia al cuidado. En el caso de un familiar, lo ve una carga en vez de verlo como una oportunidad de mejorar la vida de su familiar, por el contexto muchas veces como fue designado al cuidado, por ser el soltero, la divorciada, la madre soltera, o la que necesita apoyo económico, en donde la familia le provee economía, y con ello, deja a su cargo y sin preparación el cuidado de un adulto.
Es necesario darse cuenta que como todo hay que conocer los cambios de un adulto, los cambios emocionales, físicos y sociales que lo afectan y que hacen que cambie su entorno, por ello debe de prepararse para quedarse al cuidado de un adulto. No todas las personas tienen capacidad de cuidarlos, no tienen paciencia, tolerancia y deseo de hacerlo. Siempre hay que tomar en cuenta estos factores antes de dejar un adulto en manos de un familiar, para evitar el mal trato.
Segundo. Un cuidador cambia su rutina, deja a un lado su vida privada y personal, ya no tiene libertad para sus amistades, solo que se les den horas limitadas para ello como un trabajo regular, lo cual no es común, por lo que el cuidador se siente invadido, se siente solo, y sobre todo abusado de los demás familiares.
Tercero. Se vuelve la crítica de los hermanos o de los demás familiares, en el caso de que reciba economía, registran hasta el último centavo, y fiscalizan todo lo que hay en la casa para verificar el buen uso del dinero, y los tiempos de estancia son rígidos, olvidamos que son parte de la familia y que tiene sentimientos propios y que también sufre por la pérdida paulatina de su familiar.
Cuarto. La soledad del cuidador, el cuidador no tiene derecho a quejarse, porque es una oportunidad que tiene al atender a su adulto, todos tienen una vida propia menos él. Y cada día su soledad avanza y con ello la desesperación y en ocasiones gritos y mal trato al adulto.
Estos son las quejas que recibimos cuando hablamos de los cuidadores, ellos hablan de manipulación del adulto, de que ellos de niños recibieron mal trato, que no fueron atendidos, o en su defecto se lastiman tomando medicamentos para poder sobrellevar la carga, alcohol y en ocasiones drogas.
Hay que estar muy pendientes de estos cambios en los cuidadores, si hay resentimientos, primero hay que sanarlos, si hay alguna incomodidad de los familiares hay que resolverla para que no se convierta en un infierno, por ello cuidar a un adulto es una gran responsabilidad, y sobre todo requiere una preparación previa llena de sensibilidad y conocimiento.
DRA. MARÍA BERTHA COVARRUBIAS MANRIQUE
ANTONIANOS 1
COLONIA CAMPANARIO
HERMOSILLO SONORA.
TEL 2 17 49 47
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