Nos falta mucho, lo hemos dicho. Cada día son más personas mayores en México, en Latinoamérica, pero pareciera que no hemos entendido ese hecho, algo que no podemos cambiar y no debiéramos de querer hacerlo, pues es el reflejo de la evolución humana, del triunfo de las ciencias, el triunfo de la sociedad.

Nos falta:
Darnos cuenta que si hay carencia de médicos geriatras y de especialistas en vejez y envejecimiento como gerontólogos, de igual manera hay una enorme carencia en la “gerontologización” de todas las carreras universitarias.

Nos falta:
Promover una cultura de envejecimiento desde la infancia, desde lo cotidiano, dejar de decirle a los niños y niñas que los “viejitos” no sirven o ya no pueden, acabar con el edaismo en el hogar.

Nos falta:
Abrir la mente hacia las nuevas ideas y estrategias de atención para personas mayores con dependencia, apertura a nuevas (o ni tan nuevas) terapias y estrategias, como la terapia de validación, terapia de reminscencia, viajes en realidad virtual, entre muchos, muchos otros.

Nos falta:
Eliminar la asociación de discapacidad y enfermedad con la vejez y el envejecimiento.

Nos falta tanto y el inicio claro está es hablarlo. Discutirlo, pero después de esas discusiones poner en marcha las propuestas. Eso es lo que más nos falta.